El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Sur exhorta a la población a mantenerse alerta ante síntomas de encefalitis; enfermedad que se caracteriza por la inflamación del encéfalo y que afecta el tejido cerebral y casi siempre compromete las membranas que protegen al cerebro.

El neurólogo del Hospital General de Zona (HGZ) No. 8 de Córdoba, Gabriel Alfredo Gómez Acevedo, explicó que aunque esta es una enfermad poco común, se presentan más casos en niños recién nacidos (durante el primer año de vida), en adultos mayores y en personas con el sistema inmune deprimido.

Indicó que la encefalitis puede originarse por dos causas: infecciosa; es la causa más frecuente y es provocada por una infección en el cerebro a causa de un virus, como los del herpes, enterovirus, rubéola, paperas; y virus transmitidos por los animales, y la del tipo autoinmune, la cual se desarrolla cuando es causada por el propio sistema inmunitario que ataca el cerebro.

Gómez Acevedo destacó que en el caso de la encefalitis infecciosa algunos de los virus que pueden causar esta enfermedad son: enterovirus: virus de la poliomielitis y el virus de Coxsackie; virus del herpes simple y simple tipo 2 (asociado con el herpes genital); virus trasmitidos por garrapatas, la rabia y algunos casos graves de hepatitis A.

Señaló que cuando la encefalitis no es grave algunos de los síntomas son: fiebre que no es alta, dolor de cabeza, falta de energía, desorientación, irritabilidad, sensibilidad a la luz y vómitos; y hay síntomas que suponen una gravedad en la enfermedad como: pérdida del conocimiento, debilidad muscular o parálisis, convulsiones, deterioro del juicio y pérdida de la memoria.

En recién nacidos y niños pequeños es más difícil reconocer los síntomas: rigidez en el cuerpo, irritabilidad y llanto con más frecuencia (estos síntomas pueden empeorar cuando se carga al bebé), alimentación deficiente y en algunos casos la fontanela en la parte superior de la cabeza puede sobresalir.

Para finalizar, el especialista refirió que la mejor manera de prevenir esta enfermedad es reforzar los hábitos de higiene, como el lavado de manos frecuente con agua y jabón antes de las comidas y después de ir al sanitario; no compartir utensilios ni bebidas; tener completo el Esquema Básico de Vacunación y protegerse de picaduras de mosquitos y garrapatas, si es posible usar repelentes y ropa que cubra las extremidades.